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Capítulo 6


DE REGRESO A CASA


Con toda la confianza puesta en Dios, nos la llevamos a casa el 22 de mayo, con unos kilitos de más y con unas ganas de ver a su hermana……a sus abuelitos, primos y andaba bien platicadora, en esta ocasión nos instalamos en casa de mi hermano.
Mis temores a tenerla en casa se desaparecían conforme pasaban los días, mis cuidados para con ella eran muy extremos, solo deseaba que estuviera bien, recuerdo esos jugos matutinos que le preparaba para fortalecer su sistema inmunológico, bueno hicimos todo lo humanamente posible para que mi hija llevara una calidad de vida mejor, su entusiasmo a seguir una vida normal era inevitable, su gran impedimento de caminar truncaban sus ganas de salir a correr, gracias a Dios nunca se desespero, al contrario vio que solía traerla cargada y a ella le gustaba, la traía como una Reyna, cargada para todos lados. Al salir del hospital deseaba comerse el mundo entero, era normal que quisiera hacer todo lo que por dos meses se vio detenida……Una de las cosas era conocer el gallinero de mi hermano, y así fue.
Después de cada quimio intravenosa por 5 días, solían darle quimios tomadas en casa por otros 5 días, al cabo de unos días comenzaba los efectos pos-quimos, y es cuando teníamos mucho más cuidado en su salud, sus defensas comenzaban a bajar, pero gracias a Dios y a nuestros cuidados  mantuvo muy buenos niveles de  hemoglobina y de sus plaquetas, su alimentación tuvimos que hacer algunos cambios, que eso ayudaría a que su cuerpo se recuperara del  tratamiento fuerte que recibía.
Cada día que amanecía le agradecía a Dios por un nuevo día de vida para mi hija, porque cada día era un MILAGRO DE VIDA, que solo Dios nos permitía gozarla. Al paso de dos semanas fuimos por primera vez a la iglesia mi esposo cargando a Sarita, yo cargando a Aarón y Dana cargando a Moisés y dábamos testimonio de lo que Dios había hecho hasta esos momentos, los hermanos nos recibieron con un calor humano tan lindo, que nunca se cansará mi corazón de agradecer su cariño y amor hacia toda mi familia.

Los días transcurrían, tratando de llevar una vida normal, aún con sus limitaciones, no podía imaginarme el cuidar de mi hija sin caminar, y mis gemelos de brazos ya para entonces de 7 meses, pero nada de eso me importaba, podía desgastarme la vida cuidándolos…..mi amor hacia ellos sobrepasaba mi debilidad…..así que mi cuerpo se fortalecía y sacaba fuerzas para cuidarlos.

Aqui vemos a Sarita con sus primos, Dana y su papá visitando el gallinero.

A mi pequeña la comenzamos a traer en carriola, me era de mucha ayuda, y así mi hija Dana y mis sobrinos podía pasearla para donde ella ordenará….así es, se la pasaba dando órdenes, a que mi Sarita nunca perdió su carisma.
Sentía una paz que inundaba mi alma, esa paz que solo Cristo la puede dar….verla a mi hija con ese semblante transformado, sus ojitos sin poder moverse a ambos lados… decían los médicos que tenía dañado el sexto par de sus ojos, y eso hacía que tuviera que mover toda la cabeza para mirar hacia los lados, además con secuelas de una parálisis de lado derecho de su cuerpo ….…..y a raíz de su gravedad comenzó a usar  pañal, por lo menos ya se sentaba claro, con mi ayuda……ese ya era un avance, y que sostuviera su cabeza también….Yo solo cuidaba de ella, el apoyo de la familia era vital, lo que siente uno como padre es terrible, te vienen a la mente muchas cosas, muchas dudas, pensamientos ¡Y ahora que sigue!  Pensaba si era necesario llevarla a un centro de rehabilitación, cosa que lo hicimos, yo solo quería que ella pudiera caminar y mover su bracito derecho, pero no me la aceptaron para ser rehabilitada, necesitaban que el Onco-pediatra aprobara dicha rehabilitación……pero bueno cuando le dije al Dr. Siller, no me autorizo que ella lo recibiera, todavía no era conveniente, no puedo decir que me alegre porque no es cierto, pero bueno, esto no le quito a ella los deseos de lograrlo algún día…….
Todo el tiempo permanecí a su lado,  nuestras oraciones fueron constantes….permanecer en Cristo te llena de fortaleza, y  la respuesta del Señor siempre llega a tiempo. Así que un buen día me dispuse a ponerle su pañal, y que me dice NO MAMA  ya no me pongas eso, si no soy un bebé….dude en quitárselo, pero aún así lo hice, no quería que se desilusionará…..pero me sorprendió, al no necesitarlo ya más íbamos por buen camino avanzando y tratando de llevar una vida placentera….
Caminas un camino sin final, solo sosteniéndonos de la mano de DIOS…sin saber que había en el siguiente paso…que nos deparaba la próxima parada, pero de algo podía estar segura…que jamás mi Señor nos dejaría, su palabra fue fiel y verdadera en mi vida….conocía mi dolor, y la carga pesada con la que comencé mi historia a través de la vida con Sarita….. mi esposo que siempre estuvo cuidando las noches de mi niña….que vivió los momentos más duros a mi lado….juntos en esta lucha….aunque fueron meses de separación…...yo cuidando de Sarita en el día y el todas las noches….noches de insomnio, noches de dolor, noches de cuidar con mucho amor a su nuestra hija…..
Caminar  junto a mi esposo valió la pena……..
Por primera vez fuimos a la Iglesia despúes de dos meses de estar internada
pudimos darle gracias a Dios por lo que estaba haciendo en Sarita y dar testimonio.